Atrás quedaron 14 fechas sin ganar, la bronca de hacer todo
y que los resultados no se den, la mufa de que la suerte siempre esté del otro
lado. Los jugadores estaban dispuestos a no hacer en vano los casi 3200
kilómetros que suman ir y volver de Puerto Madryn, y del lejano sur se trajeron
los tres puntos, pero mucho más que eso, se trajeron las ganas, la alegría, el
resultado del esfuerzo sostenido y del aliento imperecedero de la Familia
Rojiblanca que bancó en una de las rachas más negativas y extensas del equipo
de Barrio San Martín.
El encuentro por la 17º fecha de la B Nacional, arrancó con
Guillermo Brown como protagonista en su casa, buscando atacar al Gato y
cerrando bien sus líneas defensivas. Y así llegó la primera del local, a los `4
del inicio, Demateis tocó para Acosta que ingresó a la carrera para definir por
lo bajo, pero Mauro Ruggiero estuvo atento para contener.
Paraná respondió a los `9, con un tiro libre de Alsugaray
que Galli no alcanzó a conectar de cabeza. Mosca estuvo cerca de convertir para
la Banda de Madryn, pero su tiro se fue rozando el palo izquierdo. Y el Licha,
de gran partido, obligó a Bilbao a hacer un gran esfuerzo y sacar con sus
piernas esa pelota con destino de red. Corría el minuto 20 y los equipos jugaban
ordenadamente, sin tanta intensidad, pero con mucha concentración en sus áreas
defensivas. Entonces llegó el gol de Ekkert para romper con esa defensa. Pablo
Lencioni abrió bien para Alexis que recibió con tiempo cerca del ángulo derecho
del área grande de Brown y metió un tremendo zurdazo que ingresó en el ángulo
derecho del arco defendido por Emanuel Bilbao, que a pesar de arrojarse no pudo
hacer nada para detener ese bombazo del mediocampista del Gato. Se cumplían 21
minutos del inicio y Paraná festejaba esa ventaja en la lejanía.
El Decano se paró de contra para defender el resultado y
resistió los embates de Brown que intentó con Mosca y Fernández llegar a la
paridad, pero sus incursiones resultaron infructuosas y de esa manera, con la
visita en ventaja, los equipos se retiraron al descanso.
En el segundo tiempo, el equipo de Madryn salió a poner todo
para alcanzar el empate, y a los `5, su jugador más desequilibrante, Mauro
Fernández, exigió a las últimas líneas de Paraná con su buen manejo de pelota,
ingresó al área y disparó. Machado, en su intento de despejar casi la coloca en
un ángulo del arco de Ruggiero, pero esta vez la suerte estaba del lado del
Gato y la pelota se fue cerca. Paraná siguió aguantando, no se desorganizó ni
perdió los estribos, hasta que Lencioni, tratando de detener a Sergio Sanchez
que ingresaba al área grande desde la derecha, con pelota dominada y rumbo al
arco, se arrojó al piso y se lo llevó puesto convirtiendo un claro penal. De pronto
parecía que las cosas se ponía otra vez oscuras para el Decano, que había hecho
bien las cosas, sin tanta ambición, pero con mucho orden y criterio, pero ahí
estaba Mauro Ruggiero para adivinar el palo, arrojarse sobre su derecha y
contener con sus dos manos el remate de Fernández que pateó bien, a media
altura y esquinado, pero Mauro respondió mejor. En la segunda pelota, el
delantero remató muy desviado y Paraná festejó como un gol esa atajada.
Paraná atacó con Alsugaray y el Tanque Aguirre que ingresó
para reemplazar a Ekkert, lesionado tras el gol. Guillermo Brown respondió con
Figueroa que cabeceó en el área pero desviado. Pero todavía faltaba lo mejor, a
los `29, Jonatan Belforte tomó una pelota en el medio campo, tras un rebote y
vio al arquero Bilbao adelantado que no se esperaba la reacción del lateral,
que sin pensarlo demasiado le dio de derecha, con muy buena puntería y gran potencia
para ponerla lejos del alcance del Uno local y poner de manera increíble el dos
a cero.
Fue un baldazo de agua fría para los de Madryn, que no
pudieron hacer otra cosa que lamentarse y, secretamente, aplaudir ese tremendo
golazo de Belforte.
El Gato se serenó más aún, puso las barbas en remojo y se
aferró con las uñas a ese resultado que era un alivio, una caricia para el alma
de los hinchas que añoraban ver ganar a su equipo. Brown intentó e intentó pero
el fondo del Decano fue una fortaleza hasta el minuto 43, en que Figueroa tomó
una pelota que quedó rebotando en el área y de media vuelta le dio un latigazo
para que la pelota se meta entre Ruggiero y el palo, y así ilusionarse con el
descuento y ponerle un poco de dramatismo al final. Pero nada haría ya que la
historia se revierta, Paraná estaba dispuesto a dejar todo en la cancha para
llevarse ese resultado y así fue. Lejos de casa, en el frío y lejano sur, se
impuso a Guillermo Brown de Madry por dos tantos, dos verdaderos golazos,
contra uno, para dejar atrás una extensa racha negativa.
El próximo domingo, con otra cabeza, con otro ánimo y otro
aire, el Gato recibirá a Juventud Unida para disputar otra final de la B
Nacional, a partir de las 17.00, en el Pedro Mutio.
Formaciones:
Guillermo Brown 1: Emanuel Bilbao; A. Manchot; Tobías
Albarracín; Fernando Bonjour; Nicolás Demateis; L. Marinucci; Sergio Sánchez; Guillermo
Firpo; Claudio Mosca; Mauro Fernández; Mateo Acosta.
DT: Ricardo Pancaldo.
Atlético Paraná 2: Mauro Ruggiero; Martín Galli; Tomás
Machado; Diego Reynoso; Facundo Quiroga; Jonatan Belforte; Gonzalo Cozzoni; Pablo
Lencioni; Alexis Ekkert; Lisandro Alzugaray; Felipe Cadenazzi.
DT: Edgardo Cervilla.
Amonestados: Albarracín y Figueroa (BM); Reynoso y Lencioni
(AP). Expulsado: ST: 34’ Cervilla (DT de AP).
Árbitro: Andrés Merlos.
Estadio: “Raúl Conti” (Brown de Madryn).