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Torneo del Interior

Un domingo 17 de enero el Gato comenzó a transitar su camino deportivo en el TDI. El debut no fue lo que se esperaba, el equipo no jugó bien y cayó derrotado, como local, ante Colón de San Justo por 1 a 0. Una semana después, llegó el clásico con Belgrano y el temor de otra derrota rondó en el ambiente Decano. Se medía con el candidato del Grupo y un histórico rival. El equipo se mostró recuperado del golpe que había sufrido en el arranque del certamen y se impuso por 2 a 1 frente al Mondonguero. El buen fútbol en la cancha y la personalidad que mostró, hizo que la esperanza volviera a florecer en el hincha Rojiblanco.

En la tercera fecha viajó a Crespo donde goleó a Sarmiento por 4 a 0. El equipo a esa altura había ganado en confianza, mostraba buen juego colectivo y sus delanteros eran picantes.

En la segunda rueda, el Gato visitó a su “verdugo”, Colón de San Justo, elenco que le volvió a ganar por la mínima diferencia. Pero el resultado fue totalmente mentiroso, porque Paraná tuvo su mejor actuación de la Fase Clasificatoria, creando más de una docena de situaciones de gol claras aunque no tuvo la eficacia para definir frente al arco rival.

En la semana siguiente, otra vez el Derby local contra Belgrano. El Gato tenía la obligación de vencer para alcanzar la clasificación a la siguiente instancia. El Albiceleste dio el golpe enseguida de comenzado el cotejo y se puso arriba 1 a 0. Se notaba preocupación en los futbolistas Decanos al final de la primera etapa porque no habían hecho las cosas como lo planificaron. En el segundo tiempo, todo cambió. Hubo mucha actitud en cada jugador para revertir la historia y conseguir una contundente goleada por 4 a 1 con la que sacó pasaje a la Etapa Final del certamen. Primer objetivo cumplido mediante un partido inolvidable.

Aún quedaba un encuentro por afrontar y terminar la fase de grupos. El entrenador decidió preservar varios jugadores titulares y por ello dispuso un equipo alternativo frente a Sarmiento de Crespo. Igualmente, el Gato se quedó con la victoria por 2 a 0 en el Estadio Pedro Mutio.

Las llaves definitorias

Comenzó la instancia decisiva. El primer cruce ida y vuelta fue frente a Defensores de Pronunciamiento (DEPRO), del departamento Uruguay de la provincia de Entre Ríos. El primer partido fue de visitante. El conjunto Decano realizó un gran desempeño, siendo ampliamente superior a su oponente, generando más de diez situaciones para convertir, pero sin conseguirlo. Parecía que la pelota no iba a entrar nunca al arco. Pero sobre el final del pleito, la redonda besó la red y el Gato salió airoso por la mínima diferencia. Los goles que no se concretaron en ese encuentro, fueron convertidos en la revancha. El Rojiblanco esperó a DEPRO en su casa y le propinó una paliza al derrotarlo por 8 a 1. Fue la mayor goleada del campeonato y una tarde fenomenal para su máximo artillero, Joaquín Cabral, quien convirtió cinco tantos.

Llegó el turno de Camba Cuá de Santa Elena y el fantasma de la eliminación sobrevoló barrio San Martín, ya que varios de los jugadores de ese equipo santaelenense, un año atrás, habían defendido los colores de Santa Marta, que eliminó a Paraná en la etapa provincial del Torneo del Interior 2009. Pero en esta ocasión, los muchachos del Gato, pisaron fuerte y ganaron los dos cotejos. Primero fue 3-0 en Santa Elena, en una tarde de domingo que terminó con un diluvio de tales dimensiones que, prácticamente, no se podía jugar porque la cancha era un charco en casi toda su extensión. El segundo partido fue como un trámite para Atlético Paraná; nuevamente ganó con comodidad y contundencia: 3 a 1 fue el resultado que cerró esa llave.

A medida que se avanzaba en el certamen, los rivales eran más duros y complicados. Quedaban los mejores. El Gato seguía su camino, parecía que nada lo detendría. La próxima parada fue Santa Fe Fútbol Club. De visitante, el Gato cumplió una destacada actuación quedándose con el triunfo por 2 a 1. La revancha fue más emotiva, reñida y con algo de sufrimiento. El conjunto santafesino comenzó ganando y así empardó la serie, pero la reaccionó del Decano no se hizo espera y dio vuelta el marcador, pero el equipo santafesino logró el empate sobre el final del encuentro, y Paraná con un resultado final de 2 a 2, cortó una racha de siete triunfos consecutivos.

Un duelo muy peleado

El choque con Atlético Uruguay, fue un verdadero duelo entrerriano, un partido muy reñido que dejó sus secuelas. En La Histórica se dio la primera caída del Decano en esta instancia decisiva. Fue 3 a 2 a favor de los uruguayenses, que aprovecharon los errores defensivos del Gato para marcar la diferencia y así ponerlo en la obligación de revertir la historia en la revancha.

En el Estadio Mutio, el conjunto Rojiblanco sacó pecho y con un triunfo por 2 a 0, consiguió el pasaporte a semifinales, aunque el precio que debió pagar fue muy alto. En ese encuentro, el conductor del equipo, el hombre pensante, una de sus figuras, Antonio Todoro, sufrió doble fractura de maxilar debido a un fuerte golpe de puño del jugador del equipo rival Héctor Pérez. La ausencia de Todoro se sintió mucho en el andamiaje del equipo, fue una baja importante para el resto del torneo.

Revirtió una serie crucial

A partir de las semifinales, Atlético Paraná pasó a definir la serie en calidad de visitante. Se cruzó con General Rojo de San Nicolás. En el juego de ida recibió un fuerte cachetazo en su propia casa, porque perdió 1 a 0 y el gol se concretó en la única llegada profunda que tuvo el conjunto bonaerense en todo el partido; además de ser producto de un error de la defensa. Otra vez había que levantarse ante la adversidad. Pero el Decano respondía cuando veía un panorama complicado. El equipo demostró actitud, garra, corazón, y esas fueron sus principales cualidades para complementar el buen juego colectivo que demostró en cada presentación y le permitieron seguir avanzando. En San Nicolás, el escollo a sortear no era sencillo, había que ganar ante un adversario complicado y que se hacía fuerte en su terruño. Pero nada era imposible para el Decano. Se impuso por 2 a 0, y logró así el pasaje a la final. El ascenso era un objetivo cada vez más cercano.

No hubo ascenso directo

Lo que tanto se deseaba, no pudo darse en la primera oportunidad. La ansiedad, los nervios, recorrían a cada uno de los jugadores, al cuerpo técnico, a los dirigentes e hinchas del Gato. Una posibilidad única después de tantos años se le presentaba casi al alcance de la mano. El equipo estaba a 180 minutos de escribir una de las páginas más gloriosas de la institución. Los fantasmas de batallas perdidas por el ascenso al Nacional en la década del ’70, se presentaban una vez más. Contra ello y contra un oponente complicado, debió sobreponerse el Rojiblanco.

Sarmiento de La Banda, de la provincia de Santiago del Estero, fue el rival de turno, el último escollo de un largo y difícil camino. El primer cruce definitorio se dio en el estadio Pedro Mutio, que lució totalmente colmado, y la ventaja fue a favor del local por 2 a 1, aunque pudo ser más amplia por las situaciones de gol que generó el elenco comandado por el “General” Veronesse.

Quedaba un capítulo más, que no tuvo un final feliz. El Profe se impuso por 1 a 0, en un partido que tuvo todos los condimentos, dentro y fuera de la cancha. Se dijo que a Paraná le “metieron la mano en el bolsillo”. No le sancionaron un claro penal a favor, tras una evidente mano de un defensor dentro del área, y no le convalidaron un gol a Cabral: la pelota picó detrás de la línea del arco y salió, pero el asistente hizo la vista gorda ante esta acción. Dentro del terreno de juego hubo que luchar contra el equipo rival, y además contra la terna arbitral que se vio influenciada, y superada por la presión de un clima externo que metía miedo. De esa manera, la serie decisiva quedó empardada y se debió definir mediante remates desde el punto de penal. Atlético Paraná perdió por 4 a 3.

Hubo un clima enrarecido dentro y fuera del campo de juego, y ese clima se mantuvo una vez que hubo terminado el encuentro. Los más de quinientos hinchas que acompañaron al Decano a Santiago del Estero, debieron soportar el atropello de los efectivos policiales, en una jornada triste y que no se olvidará. Se perdió una batalla, pero quedaba otra chance por el ascenso. Paraná tenía que jugar la Promoción por una segunda plaza en el Argentino B y no debía fallar. Era la última posibilidad concreta que se le presentaba para alcanzar su máximo objetivo.

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